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El partido se jugó como se tenía que jugar. Con más huevos que fútbol. El Pasaia, 4º en la tabla de posiciones, 2º en cuanto a puntos, venía a mostrarnos su chapa. Pero la chapa, la chapa no nos asusta.

En el primer tiempo ellos eran los que hacían los lujos. Cambios de frente, más de 3 toques seguidos, y un mejor manejo del medio campo eran sus fuertes. Pero como dije al final del partido (mientras veiamos a otros equipos de canchas contiguas que jugaban bastante bien y pensabamos “estos la tienen muy clara, si juegan contra nosotros nos meten 5”).. “contra los Kickers todos viene a hacer el jogo bonito, pero nosotros nos encargamos de ensuciar el partido. Y así fue. Antes de la mitad del primer tiempo ya les habiamos descansado un jugador.

El juego brusco y la mariconeada nuestra hizo que el referí (un producto del fracaso que nunca pudo llegar a ser profesional) le saque al 10 (¿) rival la segunda amarilla. Ahí, justo ahí, fue cuando nos agrandamos. Eramos más. Desborde de Chicho por la izquierda, centro para las viboras, y Gonzalo que ve como la pelota pasa por delante de él y como el arquero se queda duro, la deja pasar para poner el marcador 1 a 0. Era el momento justo, y no lo podíamos desperdiciar. Así que fuimos en busca del segundo.
Pelotazo de Maxi desde la mitad de cancha hacia Gonzola que define desde el borde del area grande por encima del arquero. Golazo.
Pero como siempre, dormimos. El tipo y Pablito, en la última línea, tras una pelota bombeada al área, la van a buscar y tras una confusa maniobra, rebota en ambos para que tome rumbo a nuestra red ante la mirada atónita de el Hacha Franchino. 2 a 1.

El Pasaia, pese a que estaba con unos menos siguió avanzando pero sin lastimar. Pero justo antes que se termine el primer tiempo, el Hacha Franchino intenta sacar y le cobran una mano dudosa por salir corriendo hasta el borde del área con la pelota en su posesión. Era prácticamente un penal con barrera. 2 a 2. Y parecía que se venía la noche. Pero sin bajar los brazos, y con un ímpetu demoledor, fuimos a revertir esta situación ya que no nos podíamos ir al entretiempo con un empate luego de haber tenido esa ventaja de dos goles. Tiro libre. Chicho que va a tirar un centro a la olla, pero alguien del banco le dice “pegale al arco”. 3 a 2. Un teleférico que no bajaba más se incrustó cerca del travesaño a la mitad del arco.

El segundo tiempo, fue más sucio aún. Ante la expulsión del primo del tipo y la expulsión de Maxi, solo faltaba aguantar un poco más. Pelota bombeada de 60 metros a nuestra área que duerme a la defensa, el delantero quedó solo mano a mano con el Hacha Franchino, quien no lo duda y sale con una patada karateca al pecho para dejar al pobre delantero doblado en el suelo, y ante las quejas se escucha un “yo solo estaba parado, él me lleva puesto”. Roja directa. En ese momento eramos 8 contra 9. Y así terminó. Un partido donde supuestamente ibamos a tener 5 jugadores en el banco de suplentes, solo fueron 2 y encima terminamos jugando con 3 menos. Hay que mejorar muchos aspectos. Pero lo importante que los 3 puntos estan en casa.








foto1: Chicho, el goleador.
foto2: Matias, el ausente. Siempre amaga con que viene.
foto3: Lolo, siempre tira facha.
foto4: Tamba, fractura de tibia y peroné. No jugó esta fecha.
foto5: Hacha Franchino, violencia aplicada al fútbol.

Rick Hunter

This entry was posted on domingo, septiembre 04, 2005 at 20:09.